Paredes de ladrillo pintado en blanco
Volamos hasta Nueva York, de la mano de Soren Rose Studio, para descubrir este enorme loft en Tribeca. Como sabréis, este es un barrio de moda en la ciudad que bebe de su pasado industrial. Por ello encontramos casas como esta, instaladas en edificios de antiguas fábricas reconvertidas en viviendas -la mayoría, de lujo-.
De este piso nos enamoran, sobre todo, dos cosas: las paredes de ladrillo pintado en blanco y los altos -altísimos- techos de dos alturas, que permiten que la entrada de luz se multiplique (efecto que se potencia con los colores neutros).
A la hora de reformar el espacio, el estudio tuvo en cuenta una condición indispensable de los dueños: tanto la colección de arte como el mobiliario que poseían debía integrarse con la intervención que se llevara a cabo. Y creemos que así ha sido. Los cuadros y esculturas modernas posan como si perteneciesen al lugar, no sobran ni faltan.
Algo típico también de los lofts neoyorkinos son las enormes ventanas cuadradas con carpintería de hierro pintada en negro. Podemos encontrar varias en cada una de las habitaciones de la casa, pero si tuviéramos que elegir una, serían las del salón.
Por último, os mostramos el dormitorio de la planta ático, especial por su ventana inclinada sobre la cama.
En definitiva, de nuevo podemos comprobar que la fórmula blanco+madera+luz funciona, y el resultado no tiene por qué ser siempre el mismo. Esto, combinado con elementos singulares propios de la arquitectura (materiales, distribución...) o bien decorativos (mobiliario especial, piezas de arte...), puede tener como resultado una vivienda con mucha personalidad. ¡Esperamos que os haya gustado!
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Imágenes vía Soren Rose Studio