Una casa-refugio a las afueras de Nueva York

 

Te explicamos esta vivienda rodeada de bosque en Mount Tobias en la que no nos habría importado vivir durante los últimos dos meses.

Nada más descubrir esta casa supimos que debíamos enseñarla en el blog tanto por su ubicación como por su geometría. Un volumen sencillo, camuflado en medio de un imponente bosque en los Catskills de Nueva York, la convirtieron en candidata número 1 para volver a escribir sobre casas. Sus dueños, los fundadores del estudio IDS/R Architecture, la idearon como segunda residencia alejada del bullicio de la Gran Manzana.

A continuación te abrimos sus puertas para contarte todos los secretos que esconde:

1 Volumen principal

La vivienda, situada en la ladera de un bosque de abedules, se resuelve con un volumen limpio y sencillo: un rectángulo estrecho y alargado que se completa con un tejado inclinado a dos aguas. En un entorno como este, con lo mínimo es suficiente. Y, sin duda, se ha conseguido solucionar el problema con éxito y respeto empleando el menor número de elementos posibles, toda una máxima en nuestro trabajo y en el de aquellos que admiramos.

2 Distribución interior

En el interior, las estancias de mayor privacidad, es decir dormitorios y baños, se ubican en los extremos del volumen liberando así la zona central. La menor altura de estas se traduce en la aparición de dos altillos (uno a cada lado) que funcionan como espacio comodín. Esta distribución, que se organiza en torno al centro de la vivienda, nos demuestra que se pueden construir interiores cargados de intención y belleza utilizando únicamente relaciones simples. En esta vivienda no encontramos pasillos, ni espacios residuales o accesorios. Simplemente un gran espacio central desde el que se accede a todas las habitaciones.

3 Un Centro, dos vistas

El estar principal de la vivienda, en el centro, aúna salón, comedor y cocina, y se extiende hacia el exterior gracias a dos grandes ventanas correderas que dan acceso a las terrazas, situadas a ambos lados de la casa; consiguiendo de esta forma que el bosque se introduzca dentro y forme parte de la arquitectura como un elemento más. El eje visual que conecta el interior con el exterior queda reflejado en detalles tan sutiles como la dirección del suelo, de terraza a terraza (pequeñas piezas de piedra de la marca Summitville) o la distribución del mobiliario, que se orienta hacia la luz y las vistas, pero en ningún caso se acerca ni obstaculiza las ventanas. Incluso la zona de cocinado se plantea aislada en medio del espacio.

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4 Coherencia Material

La elección de los materiales también responde a decisiones simples, aunque no por ello menos interesantes. La zona inferior de la vivienda se resuelve con lamas de madera tanto en el exterior como en el interior. Un guiño que recuerda al emplazamiento, ese bosque de troncos grises que envuelve la casa . En la zona superior, es decir, en los planos inclinados de la cubierta, de nuevo, vuelve a existir relación entre el interior y el exterior. En este caso, en el exterior se emplea chapa de acero gris plata, recordando así a los cielos plomizos de los Catskills; mientras que los interiores se acaban en color blanco. Los suelos de las terrazas, también de madera, enfatizan la dirección longitudinal de estas gracias a la orientación de sus lamas y contrastan con el suelo interior de la vivienda, instalado en el sentido opuesto.

Soñar es gratis, por eso en Himera llevamos meses imaginándonos en esta casa, en la que las horas, rodeados de naturaleza, seguro que pasan volando.

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