Lo que nos gusta (y lo que no) en una casa

 

Nuestra idea inicial era continuar con la serie de posts dedicados a las cocinas (que llegarán), pero pensamos que sería mucho más divertido y ameno sincerarnos acerca de nuestros gustos.

Esperando y deseando que todos os encontréis bien, hemos repensado nuestros posts futuros para que durante este encierro incierto resulten más ligeros y os ayuden a pasar un rato agradable. Ojalá lo consigamos.

Lo que nos gusta en una casa

- La elección de acabados atemporales que resistan los años y las modas, que trasciendan y no aborrezcan con el paso del tiempo. Pocas cosas resultan más satisfactorias en nuestra profesión que revisar viviendas (u otro tipo de proyectos) de hace décadas y comprobar que siguen vivas, que podríamos habitarlas y sentirnos cómodos en ellas sin modificar prácticamente nada.

- Los tejidos naturales como el lino, el algodón o la lana. En la era del poliéster parece incluso exótico utilizar fibras nobles en casa, pero el confort que aportan merece la pena y nuestra salud lo agradecerá. Disfrutar en casa está muy relacionado con el tacto: el tiempo que se transcurre en el sofá, rodeados de cojines, alrededor de la mesa o en la cama, hasta arriba de mantas, sábanas y edredones. Se trata de una inversión en tiempo y disfrute de calidad.

- Las ventanas altas. Y un poco estrechas. Esas a las que te puedes asomar a modo de balcón, aunque no lo tengan, y respirar. Cuánta falta nos hace respirar últimamente.

- La iluminación cuidada y tenue, como ya avanzamos en nuestro último post. Somos bastante maniáticos con este tema, no lo podemos negar, quizás rozando lo obsesivo. Y es que cuando se pone el sol, comenzamos con nuestro ritual de encendido de lámparas. La favorita del momento, que preside el mueble de nuestro salón, es el modelo JWDA de Menu* por su estética, los materiales (latón y hormigón) y la calidad de luz que aporta.

- Las paredes en colores claros y también las que están sin pintar (solo guarnecidas, tan de moda pero tan atemporales) nos transmiten calma y sensación de hogar, además de ayudarnos a que la percepción del espacio sea más luminosa y limpia. Y a quién no le gusta una casa luminosa.

- También nos parece fundamental que exista un hilo conductor en todas las estancias de la casa, una coherencia entre los materiales, la decoración y la distribución de los espacios. Cuando te enfrentas a una reforma por primera vez, es común caer en el error de querer incluirlo todo, diferentes cosas que has visto en otras casas de amigos, revistas, Internet, etc. porque en ese contexto te gustaron. Pero es muy necesario pararse en seco y pensar si todas juntas tienen sentido, si comparten el mismo carácter, si pueden pertenecer al mismo “cuadro”. Lo más probable, y esperamos con esta afirmación no herir vuestros sentimientos, es que no. En la renuncia está también el acierto. No lo olvides.

- Las casas con suelos de madera natural por cómo huelen, cómo suenan, cómo se sienten al pisar… y cómo todo eso compensa que sean más delicados.

Lo que no nos gusta en una casa

- El rodapié de madera a juego con el suelo nos parece que recarga y que, en abstracto, hace que las habitaciones parezcan más bajas de lo que son. Además, si las puertas son blancas, el efecto que se produce donde se une el marco de esta con el rodapié es muy, muy raro. Hace ya algún tiempo escribimos largo y tendido sobre el tema, en uno de los posts que más os han gustado hasta la fecha y que os invitamos a leer, si no lo habéis hecho ya, aquí.

- Los focos de techo grandes en el centro de las estancias, porque preferimos que queden discretos, a poder ser en las esquinas o en puntos estratégicos, para que “la luz no te caiga encima” y no se proyecten sombras extrañas. Nos gustan pequeños, del mismo color que el techo. Además, si se eligen bien los lúmenes no debemos preocuparnos porque la habitación quede oscura. Nos repetimos, pero la iluminación es tan importante como los acabados y no debemos descuidarla.

- Los porcelánicos que imitan madera. Muchos los aman, nosotros no podemos. Ya está dicho. Somos conscientes de que esto va a crear debate, reconocemos que es algo subjetivo, pero nos parece una pena renunciar a la madera de verdad para sustituirla por un material frío, que no se parece en absolutamente nada… más que en el color y en la textura (aparentemente). Si no puedes utilizar madera lo mejor es que, en nuestra opinión, busques un acabado alternativo que no pretenda imitarla.

- Las casas sin libros. Y sin cuadros. Una pena.

- Los muebles a conjunto, todos de la misma serie. Entendemos que resulta mucho más fácil y cómodo, y que en la tienda de la esquina intentarán convencerte. Es obvio que no a todo el mundo le interesa la decoración o tiene tiempo y ganas para dedicarse a ello, pero cuando una casa cuenta una historia se eleva a otro nivel. Se hace tuya. Y la sensación es tan satisfactoria que realmente merece la pena intentarlo. Huye de los conjuntos de sofás y sillones, de mesas y sillas, de composiciones de televisión… y busca piezas que te inspiren, que cuando las juntes se produzca magia, para que cada vez que veas tu creación, la admires y disfrutes. La sientas CASA.

Y hasta aquí nuestra primera lista de síes y noes, ¿qué os ha parecido? ¿coincidís con nosotros? ¿algo que os espante o que os encante que consideráis que falta?

H

Todas las imágenes hacen referencia a espacios que nos encantan.
Imagen 01 y 02: Avenue Design Studio / Imagen 03 y 03: Atelier Verdenius / Imagen 05 y 06: Helene van Marcke

 
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