10 Errores a evitar para que la reforma de tu casa sea un éxito
Tras multitud de reformas en la espalda, hemos aprendido -y mucho- de nuestros errores. Te contamos a continuación los más comunes para que tú tampoco los cometas si vas a hacer obras en casa, pues queremos que disfrutes del proceso tanto como se merece.
1 Creer que puedes tú solo
Una reforma requiere mucha dedicación. Tanto si necesitas renovar al completo tu casa, como parte de ella, la cantidad de decisiones que tendrás que tomar puede resultar abrumadora. Por eso es muy recomendable que siempre cuentes con el apoyo de un profesional que conozca el sector en profundidad y te asesore y ayude en cada paso del proceso (últimos materiales, distribución espacial óptima, nuevas ideas que quizás desconozcas y puedan solucionar tus necesidades, combinaciones de acabados que funcionan, etc). Con el apoyo de un arquitecto o interiorista ahorrarás seguro tiempo y dinero, aunque al principio pienses que se trate de un gasto innecesario.
2 No disponer de un proyecto detallado antes de comenzar la reforma
Si no quieres tener problemas durante la obra, que esta se retrase más de lo necesario o caer en sobrecostes, te aconsejamos encarecidamente que cuentes con unos planos detallados de cómo será tu casa tras la reforma antes de empezar (incluyendo acabados, muebles e instalaciones), con los que, por supuesto, estés 100% convencido y satisfecho. De esta forma evitarás que se tomen decisiones precipitadas sobre la marcha y se cometan errores. En una reforma, la anticipación es clave.
3 Obsesionarte con una idea a pesar de que no encaje en tu casa
Puede que hayas visto una imagen que te haya enamorado de un espacio en el que te imaginas y quieres replicarlo sí o sí en tu casa. Pero no siempre todo vale. A veces se debe a una cuestión de escala (por ejemplo te encanta un sofá que resulta demasiado grande para tu salón), de distribución espacial (quieres una cocina abierta pero no existe una forma coherente de encajarla en el espacio) o de estilo (te has obsesionado con un acabado que no acaba de quedar bien con los demás materiales de la casa). En estos casos, volviendo al punto número 1, lo mejor es que intentes ser neutral y escuches la opinión de los profesionales para no arrepentirte de ese capricho en el futuro.
4 Empezar la reforma sin firmar un presupuesto real de obra
A veces por exceso de confianza en la contrata, puedes caer en el error de empezar una reforma sin tener claro cuál será el precio final real. Es imprescindible que exijas ese número y conozcas de dónde viene. No te conformes con una cifra dicha de palabra, pues lo más probable es que sea imprecisa. El presupuesto de una obra es un documento extenso, elaborado a partir de los planos del proyecto, en el que deben detallarse todos los trabajos que se van a ejecutar sin excepción, para evitar en la medida de lo posible cualquier sobrecoste.
5 No contar con un extra para imprevistos
En una reforma pueden surgir numerosos imprevistos ajenos al proyecto, pues nunca se conoce con exactitud la vivienda hasta que no se empiezan a demoler tabiques o a sustituir instalaciones (a diferencia de una obra nueva). Por eso es conveniente que siempre reserves un extra a mayores del presupuesto de obra para poder hacer frente a posibles problemas. Así, si estos no surgen, siempre podrás invertirlo en algún capricho ;)
6 Anteponer la estética a la funcionalidad
Nuestro hogar tiene que ser cómodo y práctico. Debemos identificarnos en él, pero sin caer en el error de buscar solo la belleza. Antes de empezar la reforma, debes ser muy consciente de cuáles son tus hábitos diarios, tus costumbres y tus tiempos. No sería coherente, por ejemplo, que eligieses adornar todas las paredes con preciosas molduras si después no vas a disponer de tiempo para limpiarlas y que luzcan como el primer día; o un suelo súper delicado en la cocina si eres poco cuidadoso o pasas muchas horas entre fogones. Sé realista y cauto con las decisiones que respondan puramente a motivos estéticos.
7 Prescindir de una figura que organice a todos los proveedores y planifique la reforma
A lo largo del transcurso de cualquier reforma intervienen numerosos oficios que deben estar muy coordinados: pladuristas, pintores, fontaneros, carpinteros… Cada uno de ellos debe entrar en la obra en un determinado momento que no tienes por qué conocer. Lo más cómodo para ti (y tu bienestar mental) será que una única empresa con experiencia, generalmente la constructora, organice, contrate y gestione los tiempos de todo el mundo para evitar que se generen solapes o retrasos del personal.
8 Ahorrar en acabados que deben ser duraderos y atemporales
No se hace una reforma todos los meses. De hecho, puede que sea un proceso que vivas solo una vez en la vida, por lo que cada decisión debe ser consciente y meditada. Invierte en acabados atemporales de calidad en aquellos elementos que vayan a sufrir más desgaste en el día a día como los suelos, la encimera de la cocina, o los aparatos sanitarios, pues no serán buenos candidatos para que los cambies a menudo y, lo ideal, es que resulten funcionales y neutros, es decir, que en un futuro te sigan gustando igual que el primer día y mantengan también el mejor aspecto posible. No escatimes en lo importante y, si necesitas contener el presupuesto, revisa otras partidas como el mobiliario.
9 No dar suficiente importancia a las instalaciones
Puede que hayas elegido los acabados más bonitos y duraderos, te sientas en casa mejor que en ningún sitio del mundo, pero si los desagües no funcionan, la campana extractora no elimina los malos olores o saltan los plomos cada vez que enchufas la plancha tendrás la sensación de haber fallado. Es un error común pensar que es buena idea ahorrar en la mejora de las instalaciones porque no se ven y a simple vista funcionan correctamente. Revisa cada una de ellas con un especialista (agua, luz, gas, calefacción…) que sepa aconsejarte qué se puede mantener y qué no, ya que tras la reforma la solución será mucho más compleja.
10 No ser realista con los plazos
Es normal que cuando empieza la reforma de tu casa quieras que se acabe cuanto antes para poder disfrutarla, pero lo mejor es que, sin pasarse, permitas que cada trabajo de la obra se adapte a su curso natural, pues las prisas y los errores son muy buenos compañeros de viaje. Antes de empezar reúnete con todas las partes implicadas y, si lo necesitas, solicita un planning en el que se explique la duración de cada trabajo y el tiempo total en el que se ejecutará la obra. Si vives una situación extraordinaria en la que necesitas mudarte antes de una fecha concreta, puedes solicitar la firma de un contrato para que se cumpla dicha premisa, que todos en la obra remen en la misma dirección y tú no te veas comprometido.
Ya no tienes excusa. Si estás reformando, o pensando en reformar tu casa, te hemos dado las claves para disfrutar del proceso sin agobios, ¡tal y como debería ser siempre!
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Imagen portada: Templeton Architecture / Imágenes de obra: Himera Estudio