8 Errores que puede que estés cometiendo en tu dormitorio

 

Que no te ayudan a descansar ni a disfrutarlo como se merece.

Hablar sobre dormitorios es sinónimo de hablar de descanso. El último espacio que vemos antes de acostarnos debe facilitarnos la tarea, estar siempre ordenado y transmitir calma. Cada uno contará con sus propias técnicas para quedarse dormido lo antes posible (aunque muchos seguro que no las necesitan) pero sin duda un entorno que acompaña siempre resultará de ayuda. No debe ser necesariamente un espacio muy grande (en nuestros proyectos siempre buscamos que los metros de más se distribuyan entre las estancias más sociales como los salones y las cocinas), pero sí percibirse ligero.

A continuación, 8 errores que puede que estés cometiendo en tu dormitorio:

1 Un cabecero demasiado grande

¿A quién no le gusta un cabecero bonito? Tienen el poder de transformar un dormitorio por completo, pero también de hacerlo parecer demasiado pequeño. Cuando lo elijas, debes ser cuidadoso con el tamaño del mismo, sobre todo si es de madera o de un color fuerte. Es muy importante que los espacios de una casa estén equilibrados: colores, materiales, escala de muebles o iluminación son factores que determinarán en gran medida cómo los percibimos.

Y, en un dormitorio, una de las piezas más protagonistas, junto quizás con las puertas del armario (si lo tenemos), es el cabecero. Por eso, nuestro mejor consejo es que antes de optar por un modelo concreto, pienses no solo en el ancho, sino también en la altura del mismo, un error evitable con el que tropezamos a menudo. La altura estándar de un cabecero que podemos encontrar en la mayoría de tiendas de decoración suele rondar los 1.20 m, dimensión que muchas veces resulta excesiva (sobre todo si buscas una estética más contemporánea).

Para acertar, y en resumen, intenta que sus proporciones sean más horizontales que verticales (dependerá también del ancho de la cama) y que, especialmente en estancias con techos bajos (alrededor de 2.20 m), no supere la mitad de la altura de la habitación.

Si no encuentras nada que te convenza al 100% y te sigue apeteciendo un cabecero alto, entonces lo mejor será que se integre con la pared y tenga su mismo color (recurso que solemos utilizar en nuestros proyectos, como en la Casa N4).


SELECCIÓN DE CABECEROS (85 CM DE ALTO)


2 Aparatos electrónicos

Lucecitas, sonidos casi imperceptibles, ruido visual… Nuestro primer consejo es que cuantos menos aparatos electrónicos tengas a la vista en el dormitorio, mejor. Esto, por supuesto, incluye la televisión, que sabemos que muchos necesitáis. Por eso, nuestro consejo es que, si no puedes vivir sin ella, intentes al menos ocultarla de alguna manera elegante. Que pase desapercibida en lugar de ser el centro de atención: dentro de un armario, eligiendo un modelo tipo cuadro, etc.

Relacionado con lo anterior, evita también los cables a la vista. Generan mucho desorden y ocultarlos suele ser fácil. Por ejemplo, sitúa los enchufes a ambos lados de la cama (al menos los que no utilices a diario para tareas como cargar el móvil) cerca del suelo en lugar de a la altura de la mesilla. Así podrás esconder los cables de las lámparas o despertadores tras la misma y no ensuciarán la pared más importante del dormitorio.

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3 Exceso de cojines

Una cama repleta de cojines es muy, muy tentadora.

Como sabes, en Himera siempre recomendamos jugar con la superposición de capas en los interiores, pero este caso tiene un pero. Si cada noche antes de acostarte tienes que retirar 2987 cojines y moverlos al suelo (poco aconsejable), a una silla (si caben) o sobre la cómoda, acabarás detestándolos. No tenemos la menor duda. Y todo, para que cuando no estés en la habitación, que suele ser la mayor parte del día, luzca de revista.

Una casa debe percibirse estética, en consonancia con nuestros gustos y nuestra forma de vida, pero sin dejar nunca de lado la practicidad. Es muy importante que el día a día, además de ser bonito, sea cómodo. Y los cojines sobre la cama tienen mucho que decir en este tema ;)

Por supuesto, es algo personal. Pero una cama puede vestirse, por ejemplo, con los almohadones y un único cojín central, y no por ello parecerá sin hacer o sosa.

4 Ropa a la vista

Al igual que sucede con los cables, la ropa también es motivo de desorden. Un dormitorio con ropa a la vista, aunque esté perfectamente ordenada, se percibirá menos “limpio” que uno sin ella. Los colores y las texturas de la misma distraerán y romperán la calma.

Si no dispones de un vestidor independiente, lo mejor es que evites armarios con puertas de vidrio, estanterías abiertas o burros donde colgarla. De esta forma también la protegerás mejor contra el polvo.

5 Alfombras pequeñas a ambos lados de la cama

Aunque ya le hemos dedicado un post completo al tamaño de las alfombras, no queremos dejar de comentarlo de nuevo.

Huye siempre que puedas de la combinación de dos alfombras gemelas pequeñas a ambos lados de la cama. Se percibe antiguo, tienden a estar descolocadas, puedes tropezarte con mayor facilidad o resbalarte por su culpa… En resumen, creemos que no es una buena decisión.

Si quieres añadir alfombras a tu dormitorio (añaden calidez, rellenan el espacio, aportan textura…), opta por un modelo grande bajo la cama, que sobresalga a ambos lados lo suficiente para que puedas pisarla al levantarte, y un poco a los pies para que las patas apoyen sobre ella y no se mueva. Haznos caso y verás la gran diferencia :)


SELECCIÓN DE ALFOMBRAS


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6 Mobiliario a juego

Somos conscientes de que los muebles a juego nos ahorran pensar en diferentes combinaciones posibles, ahuyentan el miedo a no acertar y son más rápidos y fáciles de elegir. Pero seamos sinceros: no deberían ser una opción.

Es mucho más rico un espacio en el que todo se relaciona entre sí por motivos menos obvios. Mucho más personal y singular. Si elijes cada pieza con cuidado y mimo, siguiendo tu intuición (o con ayuda, por qué no), tendrás un dormitorio que será solo tuyo. Además, un cabecero con mesillas y cómoda haciendo conjunto será más difícil de actualizar con los años (si se estropea uno de los muebles, sustituirlo por otro diferente resultará complicado), y seguramente más costoso. Pero si cada una de las piezas es diferente entre sí, podrás mezclar elementos más especiales con otros low cost y así ahorrar.

Esto no quiere decir que condenemos el juego de las dos mesillas de noche, pues esta sería la única excepción. Empieza eligiendo uno de los elementos (mesillas, cabecero, cómoda, sillón, textiles, cama…) y en función de ese, vete componiendo el resto de la habitación. Superpón capas y estilos para que el resultado sea redondo.

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7 Puertas correderas en armarios

Las puertas correderas tienen mucho sentido en espacios pequeños, en los que no existe espacio suficiente para librar una apertura normal, pero si podemos evitarlas, lo haremos.

Por su naturaleza, un frente de armario con puertas correderas tendrá diferentes profundidades (una puerta siempre estará detrás de la otra) a diferencia de un armario con puertas abatibles, en el que estarán todas al mismo nivel. Este sería el primer motivo. El segundo, la practicidad: un armario corredero no lo pueden utilizar dos personas a la vez si su contenido está dividido por puertas (el espacio de la derecha para uno, el de la izquierda para otro). Y el tercero, durabilidad y limpieza. Las guías del suelo tienden a acumular polvo, que tendremos que estar pendientes de limpiar, y pueden atascarse, provocando que las puertas se desencajen y tengamos que volver a montarlas. Para que un armario con puertas correderas resulte práctico, los herrajes deberán ser de una calidad excepcional, lo que aumentará considerablemente el precio del mismo.

8 Iluminación y paredes en tonos fríos

Para terminar, la iluminación y los colores. Nunca nos cansaremos de insistir sobre ello. Si utilizas bombillas con temperatura de color fría en tu dormitorio, te aconsejamos que las sustituyas por otras cálidas. La sensación acogedora que debería tener el lugar de descanso por excelencia se multiplicará. También es interesante que alguna de las lámparas pueda regularse en intensidad, permitiendo crear un ambiente más tenue y apropiado que acompañe a la hora de dormir.

Si además de lo anterior, elijes en las paredes tonos que se acerquen al amarillo y se alejen del azul (al igual que sucede con las luces), conseguirás huir, sin necesidad de mucho más, de la sensación de espacio muy frío. Fíjate en casi todas las fotos que hemos elegido: incluso los grises son cálidos. Se trata de dos trucos súper sencillos, muy fáciles de aplicar en nuestras casas, que marcan la diferencia.


SELECCIÓN DE BLANCOS CÁLIDOS


¿Cometes alguno de los errores anteriores en tu dormitorio? ¿Has aplicado algún otro consejo que no hayamos mencionado? Nos encantaría que nos contaras.

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