Todo lo que hemos aprendido diseñando baños
Nos encanta diseñar baños. Les dedicamos horas y horas a todos los de nuestros proyectos porque deben ser funcionales, pero también acogedores. En este post te contamos todo lo que hemos aprendido después de proyectar ¡casi 20 baños en el último año!
Lección 1: La distribución importa
El baño es, quizás, el espacio más funcional de una casa (con permiso de la cocina). Cada pieza debe ocupar su lugar, tener su espacio y resultar cómoda. Por eso, la distribución es fundamental para evitar horrores como inodoros encajonados, duchas llenas de recovecos o lavabos en los que resulta imposible lavarse la cara.
Respetar unas dimensiones mínimas es básico, porque además de utilizarlo, debemos mantenerlo limpio. Eso implica que debemos evitar a toda costa dejar huecos residuales donde se acumule la suciedad, pero también ser cuidadosos con la separación de los elementos. Una distribución que funciona muy bien en baños alargados, de la que ya hablamos en este post, es situar lavabo e inodoro contiguos, en la misma pared, con la ducha al fondo de lado a lado. Es muy lógica y práctica que es, al fin y al cabo, lo que interesa en un baño. Para conseguirlo, necesitas como mínimo un ancho libre de 1.20 metros (un baño pequeño, pero factible).
Procura elegir sanitarios con tamaños en consonancia con el espacio. Por ejemplo, si tu cuarto de baño es muy pequeño, un lavabo suspendido sin mueble, que deje libre su parte inferior, aligerará el espacio y hará que parezca más grande.
Lección 2: Y los materiales también
El agua es muy traicionera, pero los roces también. Y en un baño se da la combinación perfecta de ambos. Para que siempre luzca impecable, además de una distribución que facilite la movilidad y las tareas cotidianas, es importante prestar atención a los materiales. Si vas a reformar tu baño, piensa que estos deben ser duraderos, resistentes al agua en la zona de la ducha y el lavabo, y muy fáciles de limpiar.
Te contamos nuestros favoritos:
Para el suelo: pavimentos porcelánicos (a ser posible de gran formato para reducir el número de juntas) o piedras naturales, pues son resistentes, soportan muy bien la humedad, pero también el paso del tiempo, y tienen muchas posibilidades de colores y acabados, que nos permiten multitud de combinaciones.
Para las paredes de la ducha: siempre que podemos, optamos por microcemento, pues es continuo, resistente a la humedad y, aplicado en vertical, da muy buen resultado (mucho mejor que como pavimento).
Para la pared del lavabo: aquí las posibilidades son mucho mayores, aunque nosotros solemos optar por microcemento, al igual que en la ducha, o por el mismo material del suelo. No somos partidarios de mezclar muchos acabados diferentes en un mismo espacio.
Como alternativa a todo lo anterior, te proponemos utilizar un material en el suelo de todo el baño y otro en las paredes (que no tiene por qué llegar hasta el techo para no agobiar).
Lección 3: Si optas por un mueble de lavabo, que su encimera sea a prueba de agua
En el mueble de lavabo elige una encimera resistente al agua. En esta zona tiende a quedarse acumulada y puede resultar fatal para un material delicado como, por ejemplo, la madera. No te dejes llevar solo por la estética pues, como dijimos antes, los baños sufren y, si queremos que se mantengan en perfecto estado durante años, sin preocuparnos en exceso de su mantenimiento, debemos elegir sus acabados con coherencia. Para acertar, te proponemos dos opciones diferentes para la encimera del lavabo:
Una encimera de porcelana con lavabo incorporado.
Una encimera de cuarzo compacto (Silestone o similar, que funciona muy bien en este espacio) o piedra natural con lavabo del mismo material (o un modelo bajo encimera si necesitas abaratar).
Lección 4: Crea dos niveles de iluminación
En un baño el confort también importa, por eso, en los nuestros, nos gusta crear dos niveles de iluminación independientes:
Uno general, que nos permita tener una iluminación homogénea en todo el espacio.
Otro puntual que, apagando el circuito general, cree un ambiente tenue y relajado. Dependerá de la distribución del espacio, pero suele funcionar muy bien la instalación de apliques en la zona del lavabo que, apagando la iluminación general, nos permitan crear una atmósfera más íntima.
Lección 5: La grifería puede suponer un gran cambio
La grifería puede estropear al completo un baño, tanto por su estética como, sobre todo, por su funcionalidad. Hay que estudiar cada caso con detalle para no caer en errores como elegir caños muy largos que resulten incómodos, modelos bimando (una llave para agua fría y otra para agua caliente) en lavabos de uso diario…
Antes de elegirla, piensa en tus necesidades concretas, en cómo usas el lavabo, la ducha o la bañera para decidir si debe ser empotrada, sobre encimera, monomando o termostática (las combinaciones son numerosas). Después, qué acabado quedará mejor con los de tu baño y el resto de la casa: en cromo para acertar seguro y añadir un punto de luz, en negro para que sea protagonista, en blanco sobre fondo blanco para que pase desapercibida, en latón para diferenciarte…
En resumen, lo que queremos decir en este apartado es que pienses en la grifería como un elemento más del baño, de modo que todo tenga coherencia y, además, se adapte a tu forma de utilizar el espacio.
Si no sabes por dónde empezar, nosotros siempre acudimos a Tres en primer lugar :)
Lección 6: Piensa desde el principio en la ubicación de los complementos
Si eres de los que no puede vivir sin toalleros, portarrollos de papel higiénico y demás complementos (que nosotros intentamos reducir siempre al mínimo), entonces debes tenerlos en cuenta desde el inicio. Porque si te has olvidado de ellos, después suele costar encontrarles su sitio.
Lo mejor es que los ubiques en una posición cómoda pero no demasiado a la vista porque, en especial las toallas, generan desorden visual en el baño.
Lección 7: Busca funcionalidad pero también calidez
Ya lo hemos dicho antes, pero un baño debe ser cómodo. Aunque ello no está reñido con su calidez, que sea cómodo y práctico no significa que deba resultar frío y desacogedor.
Para conseguir calidez en un baño, en Himera recurrimos a los siguientes trucos:
Incluyendo elementos de madera que contrarresten el tacto frío de los materiales cerámicos. Por ejemplo en baldas (si las hay), en los frentes del mueble del lavabo…
Eligiendo porcelánicos para suelos y paredes que tengan acabado mate. Las piezas cerámicas de gran tamaño (o tamaño estándar tipo 60x60 cm) en acabado brillo pueden provocar “efecto laboratorio” pero también anticuado.
Combinando los porcelánicos con cerámica de formato pequeño en alguna pared (solo apto para baños grandes).
Sustituyendo los uñeros por tiradores bonitos en los muebles (que pueden ser a juego o no con la grifería), para añadir un extra de intención e incluir elementos de menor escala que hagan más doméstico el espacio. En este post te damos muchas ideas.
Con iluminación de pared cálida en lugar de optar solo por iluminación de techo (que nosotros tendemos a no utilizar salvo para tareas de limpieza).
Sustituyendo las encimeras blancas por piedras naturales con vetas en tonos cálidos.
NOTA: no tienes por qué aplicar todo lo anterior en un mismo baño. Piensa en qué opciones se adaptan mejor y aplícalas con cabeza :)
En resumen…
El diseño de baños es una de nuestras partes favoritas de un proyecto porque siempre supone un reto. Deben ser funcionales pero acogedores, en ellos todo cuenta: desde los tiradores de un mueble hasta la grifería. Sin olvidar, por supuesto, los materiales. Por eso, si estás pensando en reformar tu baño, ten en cuenta todo lo que ya hemos hablado para que el resultado sea un éxito:
Piensa en una distribución óptima, donde cada pieza tenga su espacio y respire.
Elige materiales duraderos que se mantengan intactos a pesar de la humedad y los roces.
Ten cuidado con las encimeras en la zona de lavabos para que no se estropeen si se acumule sobre ellas el agua.
Trata con cariño la iluminación, creando siempre que puedas dos niveles diferentes (uno general y otro de ambiente).
La grifería puede suponer un impacto en el conjunto, o pasar desapercibida. Antes de comprarla, piensa en el efecto que quieres conseguir y en cómo vas a utilizarla para que sea cómoda.
Si vas a necesitar complementos como toalleros, inclúyelos desde el principio en el diseño. Si los dejas para el final, puede que después te resulte difícil encontrarles su sitio.
Procura que, además de funcional, el baño resulte cálido y acogedor.
¡Esperamos que te haya gustado este post! ¿Quieres añadir algún otro consejo o lección que te haya funcionado?
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