10 indicios de que tu casa necesita una reforma

 

Puede que tu casa lo esté pidiendo a gritos pero todavía no la hayas escuchado con atención.

1 La distribución no se adapta a tus necesidades

El primer indicio y uno de los más importantes. Muchas cosas determinan si estás a gusto o no en casa, pero su distribución es una de las que mayor impacto tiene. Una vivienda bien distribuida (y adaptada al 100% a tu estilo de vida) será mucho más cómoda y funcional. Si el tamaño de las habitaciones y las relaciones entre ellas (cómo se llega a cada sitio y desde donde) no está estudiada para que resulte eficiente para ti y tu familia lo notarás al instante y repercutirá de forma directa en tu día a día.

¿Te agobias cada vez que tienes que preparar una comida para varios porque no tienes espacio en la cocina? ¿Sientes que te vas a golpear con algo cuando entras en el baño? ¿Hay huecos y recovecos que no sirven para nada? O incluso, ¿cuentas con una habitación vacía que solo utilizas para acumular trastos?

Piensa acerca de todas las estancias de tu casa, cómo las usas y cómo te gustaría que funcionaran. Si se te ocurren mil mejoras, es probable que debas dar el paso y atreverte con una reforma :)

2 Las instalaciones son antiguas y empiezan a dar problemas

Malos olores, cables acumulados y a la vista, atascos en tuberías, cortes de electricidad y un largo etcétera son problemas que nos encontramos a menudo en casas antiguas a causa del mal estado de las instalaciones.

Aunque no se vean, es fundamental que funcionen correctamente y estén actualizadas para evitar sustos. Un ejemplo: te aconsejamos que investigues de qué año data la instalación eléctrica, pues desde el 2003 es obligatorio que en nuevas construcciones los cableados estén libres de halógenos. Sustitúyelos para ganar seguridad, pues los antiguos emiten gases tóxicos a altas temperaturas y su resistencia al fuego es muy limitada.

3 El consumo de calefacción es elevado a causa del mal aislamiento

Si tus consumos de calefacción son elevados puede deberse a un mal aislamiento térmico. Los puntos más conflictivos -por donde más calor se pierde en una vivienda- son las ventanas, aunque si los muros son antiguos también pueden suponer un problema. Para solucionar esto último puedes añadir una capa de aislamiento térmico adosada a las paredes interiores en contacto con la fachada. En casas con tamaño suficiente y problemas de este tipo, es una inversión que, junto con unas buenas ventanas, a la larga supone un gran ahorro.

Cambio de ventanas: tipos de vidrios y marcos

4 Los acabados necesitan una actualización

El uso diario es inevitable que desgaste los acabados de nuestras casas. Todavía con más intensidad ahora que salimos menos. Una mano de pintura que sanee las paredes con cambio de color incluido (¿has probado a pasarte al blanco?) hará que parezca nueva. El paso de los años las llena de rozaduras, a veces imperceptibles, de las que no nos damos cuenta hasta que volvemos a pintar y apreciamos la diferencia. Si además tus paredes tienen gotelé, aunque ahora vuelva a estar de moda, te aconsejamos que lo retires. Ganarás en limpieza.

Los suelos con el tiempo también suelen presentar problemas como zonas desgastadas, barnices estropeados, piezas levantadas o rotas, e incluso materiales que no son prácticos o ya no te gustan.

Una pequeña reforma que implique solo pintura y cambio de suelos hará que tu casa se transforme por completo. Y ya ni que decir si en el pack añades las puertas y los rodapiés. Un antes y un después asegurado.

5 Techos con lámparas halógenas o incandescentes

Una herencia típica en pisos antiguos son los focos halógenos en cantidades superlativas. Si cuentas con estos inquilinos en tu techo, antes o después lo mejor es que los despidas. Su consumo es elevado y son fácilmente sustituibles por lámparas led. Si además te atreves a modificar su posición, disminuye su cantidad y distribúyelos de forma que, siempre que sea posible, no se sitúen en el centro de las habitaciones sino en el perímetro, cerca de las esquinas. Puedes añadir también apliques de pared y lámparas de apoyo. De esta forma la iluminación resultará mucho más agradable y no nos molestará ;)

Lo mismo con las bombillas incandescentes: evítalas siempre que puedas.

6 Falta de almacenaje

Ay el almacenaje… Cuántas cosas deberíamos tirar que seguimos guardando, cuántas cosas acumulamos al cabo de los meses de las que no queremos desprendernos: ropa, libros, cables…

Por eso, un motivo de peso para embarcarte en una reforma es la falta de almacenaje. En lugar de comprar muebles como cajoneras, baúles o aparadores a los que tienes que hacer sitio, piensa en cómo optimizar la distribución de tu casa incluyendo armarios a medida en lugares estratégicos. Tu salud mental lo agradecerá, pues vivir en un entorno ordenado es imprescindible para disfrutar de nuestro hogar.

7 El baño está (muy) viejo

Juntas negras, una bañera que nunca utilizas, azulejos del siglo pasado, cortinas en lugar de mampara o falta de espacio para guardar productos básicos son algunos de los motivos que pueden hacer replantearnos un cambio urgente en el baño. Como ya comentamos en artículos anteriores, los baños sufren mucho a causa de la humedad y el calor. Por tanto, son candidatos ideales para sufrir desgaste y que los años sobre ellos se noten de verdad.

Su aspecto delata el estado de la casa más que cualquier otra habitación, por eso debemos prestarles la atención y el cariño que se merecen. ¿Necesitas ideas? Les hemos dedicado ya varios posts que te pueden interesar:

8 Y la cocina también

Con el uso continuado, las puertas de la cocina pueden llegar a despegarse o incluso romperse, en especial sus cantos (el punto más delicado de un mueble). Los rodapiés de los muebles bajos, si no son de un material resistente, también tienden a estropearse con el paso continuado de la fregona, así como los cajones con guías débiles o incluso sin ellas (los hemos visto, sí, ¡todavía existen!).

Revisa también la encimera. Si es de piedra o sintética lo más probable es que se encuentre en buen estado, pero si está fabricada en algún material laminado (tipo Formica) puede que tenga desconchones o esté hinchada en alguna zona por la humedad.

¿Tienes que hacer remiendos en el interior de los armarios? ¿El fregadero es demasiado pequeño y el grifo demasiado antiguo? ¿Los electrodomésticos no tienen consumo reducido? Todos merecemos una cocina con materiales resistentes y una disposición coherente, ¿cumple la tuya con ambos requisitos?

¿Qué encimera elegir para la cocina?

9 No tienes un despacho o una zona cómoda para teletrabajar

Ahora que la mayoría hemos experimentado lo que supone trabajar en casa, seguro que valoramos más que nunca el disponer de un rincón en el que poder concentrarnos y estar cómodos. Si no es tu caso, es un buen momento para replantearte dónde ubicarlo y cómo. Buena luz natural, almacenaje y, sobre todo, tranquilidad. Parece imposible pero no lo es tanto!

10 Los pasillos son muy largos

Una casa con pasillos muy largos suele responder, por lo general, a una distribución antigua muy compartimentada. Reforma mediante, tiene una fácil solución, pues basta con estudiar con detenimiento el espacio disponible para adaptarlo a las nuevas necesidades de sus dueños.

Suprimiéndolos ganarás muchos metros que podrás emplear en otros usos, como por ejemplo una zona de trabajo, un cuarto de lavado o simplemente ampliar el tamaño de alguna habitación. Las posibilidades son infinitas.


 
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